lunes, 5 de agosto de 2019

Un cuento que no es cuento

Como ya observamos en la entrada anterior el cuento de Martín Kohan "Muero contento" toma un episodio histórico y escribe un relato donde el discurso literario juega con el histórico para ofrecernos una nueva mirada, una nueva interpretación, y nos invita a reflexionar sobre nuestros héroes, la muerte y también nuestra historia. A continuación les dejo un texto que contribuye a analizar el texto que venimos trabajando.


Encuadre histórico

Los  ideales  de  libertad,  igualdad  y fraternidad  gestados  por  los  pensadores franceses  y  emblemas  de  su revolución se  propagaron  progresivamente  en  Hispanoamérica  al  iniciarse  el  siglo  XIX.  Las nuevas ideas y luego las luchas por la independencia forjaron la solidaridad y unión de una proporción significativa de la población (criollos, indígenas, mestizos, mulatos, negros  africanos)  ante  un  enemigo  común, el  despotismo  ilustrado  encarnado  por  la dinastía borbónica.

En  el río  de  la  Plata,  hacia  1810,  empezó a delinearse la revolución que se fue consolidando con gran firmeza hasta lograr, tras intensos años de guerra, la emancipación definitiva de España. En este proceso de sucesivos cambios, la incorporación de José de San Martín a sus filas fue decisiva. Más aún cuando el poder ejecutivo provisional de las Provincias Unidas a cargo del Primer triunvirato le propuso el desafío de organizar el primer batallón de Granaderos a Caballo, donde se educó una generación de héroes de la patria. Todos ellos, provenían de diversas regiones del antiguo virreinato rioplatense,  y  tenían  como  meta  alcanzar un futuro digno para esos seres anónimos que integraban el pueblo americano.
El bautismo de fuego de este regimiento contra los realistas, tuvo lugar un 3 de febrero  de  1813  en  las  proximidades  del convento franciscano de San Lorenzo, que se convirtió en el escenario y refugio de los patriotas que participaron en el combate. Entre este grupo de granaderos se hallaba Juan Bautista Cabral, un correntino nacido en  La  Salada  alrededor  de  1790.  Existen dudas sobre su per tenencia étnica, si era zambo, mestizo o negro esclavo al ser vicio del  estanciero  Luis  Cabral.  Lo destacable fue su valor, demostrado durante el enfrentamiento,  al  dar  la  vida  cuando  su  superior, el coronel San Martín, quedó atrapado debajo  de  su  caballo.  Los  testimonios  de quienes  se  hallaron  junto  a  él  reiteraron que  sus  últimas  palabras  fueron: “Muero contento,  hemos  batido  al  enemigo”.  Por ese  acto  fue  merecedor  de  un  ascenso post  mortem;  y  cada  vez  que  San  Martín pasaba  lista  a  sus  soldados  pronunciaba su apellido, en tanto el sargento más antiguo contestaba: “¡Muerto en el campo del honor, pero vivo en nuestros corazones!”. Por salvar de las bayonetas realistas a San Martín, el gran estratega que liberó a nuestro pueblo al igual que a Chile y Perú de la opresión borbónica.

LÍA CLAUDIA GARCÍA
Casilda, Santa Fe, 1958. Licenciada y Doctora en Historia (Unr-UCA). Profesora y coordinadora de Departamentos de investigaciones y Publicaciones en institutos de Formación Docente. Autora de libros y artículos sobre historia americana, argentina y regional.


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